El esguince de tobillo es la lesión deportiva mas frecuente teniendo un pico de incidencia alto en la franja de edad de 16-32 años de edad y suponiendo el 20% de todas afectaciones musculo-esqueléticas.
El mas frecuente es el esguince del ligamento lateral externo de tobillo o ligamento peroneo-astragalino anterior (alrededor del 60%) aunque también puede verse afectado ligamentos como el tibioperoneo, peroneo-calcaneo, peroneo-astragalino posterior, etc.
El esguince de tobillo consiste en la lesión de los ligamentos de dicha articulación. Se produce un estiramiento/distensión de los ligamentos, tejidos cuya función es la estabilización y que unen los huesos, en este caso, la tibia y el peroné, huesos de la pierna, con el astrágalo y calcáneo, huesos del pie.
Suele ocurrir al producirse una torcedura hacia dentro del pie, movimientos de flexión plantar e inversión forzada del pie.
Esta torcedura puede deberse a una mala caída, caminar, hacer ejercicio en una superficie irregular, traumatismos directos, etc.
Signos y síntomas:
- Dolor.
- Impotencia funcional.
- Inflamación.
- Edema.
- Rubor
- Inestabilidad.
- Debilidad.
- Limitación del movimiento articular.
Factores de riesgo:
- Practica deportiva: deportes como el fútbol, baloncesto, rugby, etc, presentan más riesgo de sufrir esguinces de tobillo debido a los saltos, cambios de dirección, etc.
- Terreno irregular: la superficie por dónde se anda o se practica deporte puede aumentar el riesgo a sufrir un esguince de tobillo. La hierba, hoyos, pistas polideportivas con mucho agarre, etc.
- Calzado inadecuado: realizar una actividad deportiva con un zapato inadecuado puede aumentar el riesgo a sufrir torceduras.
- Estado físico: no presentar una capacidad física adecuada ante una demanda que no somos capaces de aguantar puede ser un factor de riesgo.
- Esguinces recurrentes: el hecho de haber sufrido esguinces previos, aumenta la probabilidad de sufrir recaídas y presentar un diagnóstico de “inestabilidad crónica”.
Hay varios grados de esguinces de tobillo:
- Grado I: es el más leve de todos. Se produce una pequeña distensión sin rotura del ligamento. Puede surgir con dolor, ligera impotencia funcional e inflamación alrededor del tobillo.
- Grado II: se produce rotura parcial de alguna fibra del ligamento. Es un esguince moderado. Suele observarse una inflamación y edema alrededor del tobillo.
- Grado III: es el más grave de todos. Suele presentarse como rotura total del ligamento con una impotencia funcional severa, inflamación y edema severos.