La propiocepción o también conocida como equilibrio consiste en la capacidad de mantener el cuerpo humano estable en el espacio.
El término propiocepción viene del latín propius, propio, uno mismo y se clasifica en el sentido interocepcitvo.

Esta compuesto por una serie de receptores nerviosos los cuales envían información al sistema nervioso central para procesar en que estado, donde, etc., se encuentran nuestros sistema musculo-esquelético gracias a al ayuda de la vista y el aparato vestibular.

Estos receptores son:

  • Husos neuromusculares. Presentan una función sensitiva informando de la posición y el estado de contracción y estiramiento de los fascículos musculares.
  • Aparato tendinoso de Golgi. Situados en la unión miotendinosa, entre músculo y tendón, se estimulan por el estiramiento pasivo o por la contracción activa y del grado de tensión de cada pequeño segmento de cada músculo.
  • Corpúsculos articulares de Rufini, situados en el complejo articular informan de la posición de la articulación, dirección, etc.

Gracias a estos receptores podemos conocer la posición de nuestro tejido en el espacio, la velocidad, aceleración, etc.
A su vez, son mecanorreceptores, es decir, se activan a consecuencia del movimiento mecánico. 

Las funciones destacadas de la priopiocepción son:

  • Regular el equilibrio
  • Coordinar los movimientos
  • Mantener estable

Por todo esto es importante trabajar la propiocepción, para mejorar nuestra consciencia corporal y así poder responder de manera eficiente ante estímulos externos minimizando el riesgo de lesión.

Aquí os adjuntamos una progresión de menor a más dificultad para trabajar dicho sistema.